lunes, 5 de septiembre de 2016

6. Mi hijo y el árbol

Recuerdo que hace algún tiempo fui con mi hijo mayor al parque a jugar, y se quiso subir a un árbol que era medio difícil para trepar. No voy a negar que sentí un poco de nervios. ¿Recuerdan?, “es mi bebe” pero entiendo ahora que no debo decirle: “es peligroso”, “no se puede”, sería como limpiarle las manos sin que se hayan ensuciado. Por el contrario, tenía que darle ánimos, estar a su lado sí, pero no debía dirigirlo en donde tenía que poner cada pie, el debía hacerlo sólo!.

Yo solo le decía, tú puedes! Eres muy inteligente! y cuando sentía un poco de temor y pensaba en bajarse, le decía: enfócate en lo que quieres hijo, yo sé que puedes, eres más grande que tus temores. Y él comenzó a decirse: Si puedo, es fácil y lo estoy haciendo, si puedo, es fácil y estoy subiendo, y lo repetía una y otra vez... hasta que subió a donde quiso.

Lo miré y le dije: vez que puedes, eres un campeón, estoy orgullosa de ti... él simplemente estaba feliz. Y estoy segura que si sigo fomentando eso, cuando sea grande, tomará la vida así... irá por donde realmente desea ir, no por donde sus temores lo quieran dirigir.

Me pregunto qué hubiese pasado si yo le hubiese dicho, no lo hagas, es peligroso, qué miedo, estás loco, te puedes caer, finalmente, es simplemente un árbol… siendo un niño no hubiese subido, y ¿cómo creen que sería de grande? Sería una persona insegura o temerosa, incapaz de ir hacia donde quiere.

Y es que eso nos pasa en la vida con cosas simples, “nos da roche”, “nos da vergüenza” y lo peor, nos quedamos “contemplando” lo que queremos y no lo tocamos, porque nos invade nuestros pensamientos de: ¿podré yo? ¡Qué difícil!, ¡qué miedo!

Te propongo algo, piensa en algo que deseas hacer y si te da temor, “estate presente” en las cosas que te dices, en las cosas que te imaginas y en lo que todo eso te hace sentir, es más escríbelo,  y luego escríbeme por inbox y te voy a regalar una técnica para que aprendas a eliminar ese tipo de pensamientos. Evita pensar, qué vergüenza, cómo le voy a contar! Por vergüenza nos perdemos cosas buenas, yo he sido un manojo de miles de cosas y cuando decidí dejar la vergüenza atrás, me liberé. Estoy aquí para ayudarte en lo que pueda, pero es tu decisión.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias