viernes, 9 de septiembre de 2016

7. Aprendamos a ser como los niños

Se dice que todos tenemos un niño dentro, y ¿Qué es ser un niño? El niño es un ser libre, se deja llevar por lo que quiere, no se pregunta si es correcto,  si quiere lo hace, no piensa en que va a decir la gente o en cuanto será su esfuerzo o en qué vergüenza le da, solo disfruta su momento.

Nosotros los adultos a veces castramos a nuestros hijos sin darnos cuenta con nuestras palabras: “no lo hagas”  “te vas a caer” “quédate quieto” “no saltes” “no corras”, “no trepes”, “está en una matiné, ve dulces y corre para coger uno, y nosotros le decimos, no es el momento”… existe un rotundo NO en su cabecita cuando ni siquiera lo han intentado, y eso, sin darnos cuenta, a veces hace que crezcan inseguros.

Si lo cambiamos por: “sé que puedes hacerlo, solo ten cuidado”, claro sin dejar de estar pendientes de ellos; si no es el “momento de coger el dulce” pues que pida permiso; si los alentamos a que sí pueden, crecerán seguros y si están en una situación que de repente no es para su edad, eviten decir no, ayúdenlo, pues eso aumentará su autoestima.

Y nosotros, aprendamos a ser como esos niños, sin tanto prejuicio, hagamos lo que nos nazca, baila, canta, ríe, salta, juega, sobre todo disfruta!!

Yo estuve en el Museo de Cera en México y entre tantos personajes, me encontré con el Chavo del 8 y con los personajes del cuento de los Tres Cochinitos, cada uno en un ambiente con sus canciones respectivas. Saben, me importo un pepino quienes estaban, lo disfruté como una niña, aunque parezca increíble esas pequeños disfrutes son una metáfora viva que te ayudan a darle punche y rienda a suelta a tus sueños, a tus metas.

¿Quieres lograr grandes cosas? Atrévete hacer cosas pequeñas primero. ¿Qué dices? ¿Te animas a “soltar” ese niño que tienes dentro una vez por semana?

Recuerda, tus hijos no hacen lo que les dicen, repiten lo que ven de ti!



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