Un día mi Gabriel estaba en sus clases de fútbol, y mientras jugaba por
un momento lo vi molesto hasta que metió tres goles Cuando terminó, le pregunté
cómo se había sentido, y me dijo: “Mamá estaba molesto porque había un niño que
me decía gallina y no podía meter gol, pero comencé a decirme: sí puedo, sí
puedo y metí tres goles mamá!!”. Yo solo lo abracé y le dije que estaba
orgullosa de él y que sin importar lo que pasara él podía conseguir lo quería.
Es tan importante lo que les decimos en todo momento a nuestros hijos.
Yo busco todo el tiempo decirle que él es un campeón y que él siempre puede. No
siempre reacciona adecuadamente en su momento pero esta experiencia me enseñó
una vez más que nuestros hijos nos escuchan más de lo que nosotros creemos.
Por otro lado, cuantas veces nosotros, tenemos deseos de hacer algo,
pero las personas nos desaniman con sus temores y lo peor aún, nosotros mismos
nos desanimamos con nuestros propios pensamientos. Si realmente quieres algo,
céntrate solo en eso y confía, porque sí puedes lograr lo que quieres, solo
tienes que tomar la decisión y actuar sin darle cabida a la razón llena de
miedos. Confía, confía, confía en ti!!
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