Sé que a veces
nos suceden situaciones que nos desagradan o nos entristecen, te pasa a ti, me
pasa a mí, nos pasa a todos, y eso es parte de la vida.
Lo importante es
no quedarnos “atorados” en esa situación, a veces nos quedamos ahí dándole
vueltas a nuestras emociones, de repente de enojo, de tristeza, o de dolor. En
ese momento pregúntate, qué de bueno puede ser esto para mí. Podrás decir
“nada” qué de bueno puede haber en sentirse mal… pero si vamos un poquito más
allá...sintamos ¿qué puedo aprender de esto? De repente a ser más tolerante,
más paciente, mas compasivo, sentir de repente que puedo dar un paso más de
sabiduría que la otra persona, y la manera es “soltando” eso que nos afecta y
tomarlo como un aprendizaje para nuestra vida. Con esto no quiero decir que no
nos afecte nada, sería lindo pero improbable.
Hay una
diferencia entre “dolor” y “sufrimiento”. Dolor es cuando algo nos afecta por
unos días, y el sufrimiento es permanente, puede haber pasado mucho tiempo pero
lo recuerdo constantemente. El dolor cesa, el sufrimiento perdura.
Si
interiorizamos cada día, que todo sucede para nuestro bien, aprenderemos a que el dolor no se convierta en
sufrimiento, sino en una herramienta de aprendizaje y sabiduría.
Te invito a que
solo por hoy “sueltes” aquello que te molesta, tu corazón te lo agradecerá.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias