Hace poco me
escribió una mamá contándome como se sentía por haber sobreprotegido a su hija
y las consecuencias que esto ocasionó.
Me hizo recordar
cuando mi Luis Alonso tenía un año y comenzaba con sus primeros pasos. Yo tenía muchos temores, y sin darme cuenta
lo recontra sobreprotegí, yo quería que mi hijo sintiese de manera tangible mi
amor cada momento, y sí que lo logré pero también le trasladé mis temores
generando inseguridad.
Al ser
consciente de esto me sentí muy culpable, y la culpa por dentro carcome, y es
que tenía apenas 3 o 4 años. Recuerdo que lo llevé donde una gran psicóloga que
hasta hoy recomiendo (Silvia Revilla), y ahí entendí que si quería que mi hijo
recobrara su seguridad, primero tenía que dejar de sentirme culpable, y tenía que trabajar en mis temores. Fue muy
duro, porque con la primera persona que tenía que enfrentarme era conmigo
misma.
Nadie trae un
hijo al mundo para perjudicarlo, como mamás queremos darles lo mejor, y le
damos lo mejor desde lo que aprendimos o interpretamos, nuestro motor es el
amor y por ese amor, comencemos por perdonarnos. Es el primer paso, perdónate
por tus errores!
¿Deseas cambiar
ese sentimiento? ¿Deseas sentirme mejor con esa experiencia? ¿Quieres hacer
algo por tu hijo? Comienza por perdonarte, pues la culpa es como una venda en
los ojos que no nos permite mirar con transparencia.
Yo en este
camino aprendí que sí podemos liberarnos y que si piensas que es difícil jamás
avanzarás. Primero ocúpate en ti antes de querer hacer algo por tu hijo, nadie
da lo que no tiene, “un manco no le puede dar la mano a otro manco”. Así que
construye tus manos, tú puedes! Perdónate y libérate. Sí se puede.
Sin culpa, la
sabiduría te llega, créeme, te llega.
Te invito a que mires este video, estoy segura te ayudará.
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